un día cualquiera

ayer era un día cualquiera, sin mayores sobresaltos, eso si el celular no paraba de sonar, no se porque extraña razón todo aquel que necesitaba llamarme lo hacía con diferencia de un minuto, cuando en la sexta vez en 10 minutos que sonaba lo atendí un poco ofuscada, lo reconozco y aca viene el punto principal, escucho la voz más suavecita del planeta que me dice HOLA MAMA! en ese mismo instante la ofuscación pasó a ser una enorme felicidad, rodeada de alegría, de emociones fuertes, un simple hecho hizo que ese día cualquiera pasara a ser mágico.